Siempre que los veo en algún escaparate me paro a mirarlos. Su forma es tan atractiva que es imposible resistirse a ellos, no creéis?
Había oído varias veces que su elaboración resultaba complicada, pero un par de consultas vuestras con varias dudas me animó a hacerlos, y... si, lo confirmo, son muy difíciles!!!!!
Al menos para mi, he seguido distintas recetas y sinceramente a cual peor... o me salen muy líquidos, o no sale el típico pie o se rompen. Con esto no quiero desanimaros para nada! al contrario, necesito que practiquéis vosotros también y entre todos luchemos contra el macaron rebelde!!! :-)
Los macarons se hacen con harina de almendra, algo dífícil de conseguir por aquí, así que la sustituimos por almendra molida, pero con la precaución de tamizarla dos, tres y hasta cuatro veces para lograr después una superficie lo más lisa posible.
Para mi una de las cosas más difíciles ha sido pillarle el punto a las claras. Hay que montarlas a punto de nieve, si las montas muy firmes al hacer los macarons después con la manga pastelera nos quedará un piquito arriba que no se deshará y si las dejamos muy líquidas se nos juntarán unos con otros perdiendo la forma. Lo mejor, una vez que tengamos la masa, es hacer una prueba en un plato, echamos una cucharada de masa, si la vemos muy firme removemos un poquito más hasta que tenga la consistencia que queremos, es decir, que forme un círculo sin que se desparrame pero que al hacerle un pico este se funda a los 5-10 segundos.
También he leído en varios sitios que es aconsejable dejar "envejecer" las claras. Esto significa que una vez separadas de las yemas hay que dejarlas 48 horas metidas en la nevera en un bote hermético.
Tras hacer varias pruebas variando tiempo y temperatura esta es la receta con la que "más o menos" me salen medio decentes...
Ingredientes
200 g de azúcar glass
100 g de almendras molidas
3 claras de huevo
una pizca de sal
dos cucharadas de azúcar
Mezclar el azúcar glass con las almendras. Tamizar varias veces (esto es muy importante para no obtener una superficie rugosa que afearán nuestros macarons).
Montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal, cuando estén casi montadas y sin dejar de batir añadir dos cucharadas de azúcar blanquilla. También es el momento de echar colorante si queremos. En este caso yo los hice verdes.
Cuando las tengamos montadas y creamos que es el punto de nieve correcto (para mi lo más difícil) ponemos las claras en un bol y vamos incorporando poco a poco la mezcla del azúcar y almendra, realizando movimientos envolventes para que no se nos bajen las claras.
Colocar un papel vegetal en la placa del horno. Para que te salgan todos del mismo tamaño podemos dibujar círculos que nos sirvan de guía. Yo usé el tapón de la crema de manos :-)
Echamos la masa en una manga pastelera. Con una boquilla redonda más o menos grande (o directamente con el adaptador de boquillas) hacemos círculos del mismo tamaño (de unos 5 cm).
Hay que dejar reposar los macarons aproximadamente una hora. Esto es muy importante para que se sequen por fuera y formen el pie tan típico. Pasado este tiempo, si los tocamos, no deberían estar pegajosos sino más bien sequitos.
Hornear en horno precalentado a 160 grados durante 8 minutos.
Este es el tiempo que me funciona a mi en mi horno tras hacer muchas pruebas. Si lo dejo más tiempo o se rompe la superficie o se doran perdiendo color. Pero os aconsejo que hagáis alguna prueba con un par de macaron antes de meter la bandeja entera para ver como reacciona vuestro horno.
Relleno
25 g de hojas de menta
40 g de azúcar
150 g de chocolate negro
Hacer infusión con las hojas de menta, el azúcar y el agua dejándolo reposar como mínimo una hora (cuanto más tiempo lo dejéis más sabor a menta tendrá).
Pasado este tiempo volver a hervir la infusión, colarla y añadir el chocolate troceado. Remover hasta conseguir una crema sin grumos. Dejar enfríar hasta que haya espesado lo suficiente como para rellenar los macarons.
Espero haberos resuelto algunas dudas y os animo a que probéis y me lo contéis!!!!